Tres hijos dejaron su hogar, se independizaron y prosperaron. Cuando se juntaron nuevamente, hablaron de los regalos que habían podido hacerle a su madre.
El primero dijo:
-Yo construí una casa enorme para nuestra madre.
El segundo dijo:
-Yo le mandé un Mercedes con un chofer.
El tercero dijo:
Les gané a los dos: ustedes saben cuánto disfruta mama de leer la Biblia, y saben que no puede ver muy bien. Le mandé un gran loro que puede recitar la Biblia en su totalidad. Les llevó 20 años a 12 Franciscanos enseñársela. Contribuí con $1.000.000 por año durante 20 años, pero valió la pena. Mamá sólo tiene que nombrar el capítulo y el loro lo recita.
Pronto, la Mamá envió sus cartas de agradecimiento.
Escribió a su primer hijo:
- Andrés, la casa que construiste es tan grande. Yo vivo en un solo cuarto pero tengo que limpiar toda la casa.
Escribió a su segundo hijo:
- Miguel, estoy demasiado vieja como para viajar. Me quedo en casa todo el tiempo, así es que nunca uso el Mercedes.
Escribió a su tercer hijo:
Mi queridísimo Luis, fuiste el único hijo que tuvo el sentido común de saber lo que le gusta a tu madre....
...el pollo estaba delicioso...
¿Papá, los marcianos son amigos o enemigos?
¿Por qué lo preguntas, hijo?
Es que se están llevando a mi abuelita.
Pues, son amigos!!!
Papá, papá, ¿de dónde vienen los niños?
Y el padre empieza a contarle:
Un día, hija mía, llega un pájaro con una semilla y la planta en el jardín. Al pasar nueve meses, la mamá la recogió y de ahí viniste tú.
Por la tarde la niña escribe en su diario:
Hoy he hablado de sexo con mi padre. No tiene ni idea.
Había un niño que jugando a la pelota se le salió un diente, y le preguntó a su madre:
Mamá, mamá, se me salió un diente, ¿qué hago?
Y en esto la madre le contesta:
Déjalo debajo de tu almohada y el ratoncito de los dientes te dará algo.
El niño eso hizo, y el día siguiente su mamá le preguntó:
¿Y qué te trajo el ratoncito?
Y el niño le responde:
Nada, me dejó un papelito que decía, "sigue participando".