Harry Bolt no lo ha tenido fácil. A los doce años perdió a su hermana de apenas cinco años y a su madre a manos del brutal compañero de ésta. La muerte de la niña, a la que siempre intentó proteger, lo marca de por vida.
Ya como agente, ha sufrido un brutal atentado en Afganistan que lo devuelve a casa roto, sin ganas de vivir. Necesitará toda el amor y la vigilancia de sus dos "hermanos" para no precipitarse al vacío. Eso y la voz de
Eve, que lo acompaña en todas y cada una de las noches, anclándolo al mundo, permitiéndole soportar el dolor de la rehabilitación durante todo un año.
La empresa de seguridad es ahora de los tres protectores. Una tapadera perfecta para su otra empresa, esa en la que ayudan a mujeres maltratadas y desesperadas, consiguiéndoles una nueva identidad y la posibilidad de salir adelante lejos de su verdugo.
Ellen disfrutaba llevando la contabilidad de una empresa importante y adoraba tararear sus melodías favoritas. Hace un año tuvo la desgracia de conocer secretos inconfesables de su jefe, un animal dispuesto a matarla para silenciar su secreto. Desde entonces vive escondida, lejos de su actividad habitual, con nombre falso, asustada. Sola.
Un agente a la caza de nuevos talentos la descubre en el bar de mala muerte en el que trabaja mientras sustituye al cantante habitual y le propone dedicarse a la música. Aceptará pero con condiciones. Nadie sabrá quién es Eve, ninguna foto, ningún concierto en directo, ningún contacto con el público. Sólo CDs que arrasarán en el mercado. Me gusta la combinación que se da en esta prota... mates (es una lumbrera con la contabilidad) y música (la expresividad y sensualidad de su voz)... excelente combinación.
Pero Ellen ya ha soportado esta vida todo un año y no puede más. Se atreve a acercarse a la empresa de nuestros protectores a pedir ayuda. Y se encuentra con Harry. Y ya nada volverá a ser lo mismo.
A partir de aquí volvemos con la típica historia de LMR. Sabe contarnos lo que piensan y sienten sus personajes a lo largo del vuelo. El primer encuentro de los protagonistas acaba en desastre; la chica se asusta y huye, los sicarios del malo la atrapan y los buenos deben ir a rescatarla. A partir de ese momento, nuestro Harry no quiere ni oír hablar de quitarle la vista (y las manos
) de encima. Va a ser su protector con P mayúscula.
Hay pasión y hay ternura en esta relación, y la voz de Eve, y los vínculos que se establecen con el resto de la familia, especialmente con Nicole, embarazada de cuatro meses. Una tierna complicidad entre mujeres que es justo lo que Ellen necesita.
Los malos complicarán mucho las cosas y nos harán sufrir
vaya que sí. Acción y pasión en do mayor. Pero ya sabemos lo que pasa,
a pesar de los muchos contratiempos los buenos les ganan, como siempre. Nuestros hombretotes protectores tienen que esforzarse mucho para salvar a la chica, pero no pararán hasta conseguirlo.
Entretenida y ágil, la historia nos procura un buen rato de lectura muy al estilo de la autora. Ya solo nos queda el tercer protector. Pero eso será otro día.
Mejor dejamos pasar unos días entre una entrega y otra, y los alternamos con otros vuelos. Así las similitudes no se notan tanto.
Hasta pronto.