Tras la muerte de su padre, el prestigioso empresario alemán Eric Zimmerman decide viajar a España para supervisar las delegaciones de la empresa Müller. En la oficina central de Madrid conoce a Judith, una joven ingeniosa y simpática de la que se encapricha de inmediato. Judith sucumbe a la atracción que el alemán ejerce sobre ella y acepta formar parte de sus juegos sexuales, repletos de fantasías y erotismo. Junto a él aprenderá que todos llevamos dentro un voyeur, y que las personas se dividen en sumisas y dominantes... Pero el tiempo pasa, la relación se intensifica y Eric empieza a temer que se descubra su secreto, algo que podría marcar el principio o el fin de la relación.
Crítica:
Bueno, chicas, os traigo una nueva crítica de una vuelo que había oído por ahí que estaba causando furor entre la vuelo erótica, y es ésta:
Pídeme lo que quieras.
Ya de por sí, es un título muy sugerente, pero lo será aún más cuando veamos el "verdadero" significado del título y el significado que tiene para los protas.
De primeras, tenemos a Judith, una secretaria de dirección de la empresa Müller, una empresa farmacéutica. Ella es bastante dicharachera, amiga de sus amigos, simpática y, sobre todo, independiente.
Por otra parte, tenemos al "jefazo", Eric Zimmerman, un joven alemán bastante frío, serio y, como diría la prota, con bastante mala leche.
Entre ellos se irá forjando un vínculo bastante fuerte, pero, debido a los gustos un tanto peculiares de Eric, tendrán sus riñas y rifirrafes. Ambos son protas de armas tomar, pero me gustaría destacar el carácter cabezón de ella... aunque, él, según vamos avanzando en el vuelo, nos iremos dando cuenta de que tampoco se queda atrás.
En principio, parece que son como el agua y el aceite y en numerosas ocasiones sus temperamentos chocan, y con bastante frecuencia, debería decir; pero, aunque nos parezca increíble, como dicen en el vuelo, los polos opuestos se atraen y es justo lo que pasa en este caso.
En cuanto a su relación, los dos son bastante celosos de su intimidad, aunque, sobre todo en el caso de él, guarde muchos más secretos de lo que puede parecer a simple vista. Ella, por el contrario, es bastante transparente en este aspecto y con una vida bastante común en comparación con la suya.
Otro aspecto que quiero destacar es que, en el plano erótico, nos olvidaremos del BDSM por un rato, aunque no creo que eso deba alegrarnos, pues las prácticas de Eric son bastante sorprendentes en el tema sexual.
Y, por último, quisiera añadir que este es un vuelo altamente erótico. De hecho, tiene bastantes escenas sexuales y muy subiditas de tono, debería decir. En cuanto al amor, se va forjando poco a poco según se van conociendo más los protas en el plano emocional.
Un último detalle que me gustaría añadir es que me gusta mucho cómo se conocen los protas... Es un escenario algo inusual en vuelos de este género y, sobre todo, que desde el principio, nos topamos con escenas de alto voltaje. (Sólo hay que leer cómo empieza la vuelo
).
Eso sí, este vuelo tiene continuación pues la historia dará un giro totalmente inesperado que os haga ir corriendo como locas a buscar la segunda parte,
Pídeme lo que quieras, ahora y siempre.
Os lo recomiendo. Es un vuelo ameno, divertido, calentito y, sobre todo, con dos protas con carácter como lo son ellos.